Siempre he pensado que lo que más y mejor delata el paso del tiempo es que dejas de hacer unas cosas y empiezas a hacer otras. Y realmente sigo pensando que sucede así en la mayoría de los casos. Sin embargo, yo voy a superar los 30 haciendo exactamente las mismas cosas que hacía a los 20. Lo único que ha cambiado es que he sumado una serie de actividades poco recomendables para la salud (trabajar, pagar facturas, dar explicaciones justificadas, llamar a casa cada tres días, tomar sustancias clase A, marcharme siempre de cama ajena antes de las 5 a.m., prometer cosas que sé que no cumpliré, no felicitar nunca los cumpleaños, decir mentiras innecesarias...) y absolutamente letales para el espíritu. Así las cosas, preveo que este año iré al Primavera y a Sonar, pasaré 15 días en la playa, volveré blanca como me fui, recorreré las terrazas durante semana y me encerraré en oscuros pisos durante los fines de semana, sacaré los abrigos y me los pondré, volveré a Berlín o Londres y terminaré el año en casa de mis padres, oyéndoles respirar mientras ellos duermen y yo veo algún clásico en el cable, con el móvil bien apagado para no leer los mensajes que algunos amigos, borrachos y nostálgicos, me envían. Supongo que los que lean esto pensarán que es una tristeza saber de antemano todo lo que vas a hacer, con un 90% de fiabilidad. Sin embargo, aún es más triste tener la certeza de que no cambiarías nada de ello aún teniendo la posibilidad. No sé si necesito una patada en el culo o simplemente me puede la pereza.