Hoy comienza una nueva edición del
Festival de Cine de Gijón. Después del fiasco del año pasado (no lo digo por el festival, sino por el proyecto de hacer un resumen "especial" o como se quiera denominar y que acabó como casi todo lo que suelo hacer, en un proyecto inacabado) he tomado la decisión de cambiar drásticamente de táctica. Escribiré según vayan pasando las cosas, sin tiempo a meditar, simplemente recogeré las primeras impresiones, aunque puedan estar equivocadas. Y como no hay nada como predicar con el ejemplo, aquí va mi primera impresión.
Este año es un poco extraño. Siempre tengo muchas ganas de que empiece el Festival. El comienzo implica muchas cosas más que las puramente cinematográficas. Por fin llega el frío, recuerdo noches en las que tener que esquivar el granizo cuando salías del cine para ir a los conciertos. Me encanta el frio, los abrigos, las bufandas... Este año parece que se vuelve a cumplir el panorama, al menos en todos los telediarios avisan que viene una ola de frio polar (ah, y no os olvideis las cadenas :-P). Pero éste es, sin duda, mi año menos cinéfago de los que recuerdo. No tengo buena memoria, pero aún teniendo la mejor del mundo, no podría recordar más de 20 o 25 películas vistas en este año. Teniendo en cuenta que esta semana tengo que ver (al menos) 10... estoy excéptico. No se si aguantaré.
Otros años, la semana antes del festival solía ser ilusionante, mirando el programa de arriba a abajo, cuadrando horarios, buscando cómo poder ver esas que coincidian con aquellas otras. Este año no ha sido así. Tengo el programa desde el día que salió, no fui a por él, me lo trajeron (no a mí en especial, sino a empresariales) y es el año que menos tiempo le he dedicado. Es cuanto menos curioso.
En cuanto a lo puramente cinematográfico, igual es que estoy un poco desconectado del cine modenno, pero sólo me ha llamado poderosamente la atención una película. Los miércoles a las 5 en el Teatro Jovellanos siempre suelen poner un clásico incontestable. Una joya de esas por las que no pasa el tiempo, y que sólo por ver en pantalla grande y en un sitio como el Teatro Jovellanos, hay que ir, aunque ya se halla visto 50 veces. Películas como
La Noche del Cazador,
Jules et Jim... todos los años cae alguna. Este año es
Amanecer, de
Friedrich Wilhelm Murnau. Sí, es en blanco y negro, y es muda, pero viéndola, te das cuenta qué poco se ha movido esto del cine en casi 100 años. El esquema es igual que cualquier película de hoy en día, incluso con final feliz (ganó 3 Oscars), incluso seguro que podemos recordar multitud de películas posteriores con historias similares, pero por alguna razón, ésta película te mantiene atento durante toda la proyección. Y otra cosa a tener en cuenta es cómo una historia de hace 100 años (70 y muchos para ser más exactos) que es tan vigente hoy en día como hace 70. Ahora hay más tecnología, vivimos mejor (al menos los que pueden) pero parece que el mundo, y no sólo el cine se sigue moviendo por lo mismo que hace 70 años. También es casualidad que tenga que ser este el año que la pongan (sic).