Las transiciones son duras. Dejas a un lado muchas cosas, buenas o malas, que conoces, para adentrarte en un mundo desconocido en el que no sabes muy bien qué te espera.
La intuición juega un papel fundamental, pero claro, tratándose de una persona de género masculino y torpe por definición en lo que al terreno intuitivo se refiere, cualquier campo se convierte en un campo de minas.
Por eso y muchas más cosas, he decicido que el paso que voy a dar, aunque parezca un suicidio profesional (o personal) no tiene porque serlo; cuando hacemos algún cambio importante, aunque tomemos las decisiones de manera dramática, reflexionando, sopesando pros y contras, haciendo listas interminables y consultando a amigos y familiares, todo ese esfuerzo, esas noches sin dormir no tienen ningún valor porque son tantos los factores que escapan a nuestro control que no tenemos ni la más remota idea de lo que estamos haciendo.
Luchar contra los elementos es imposible, lo único que está en nuestra mano es poner buena cara y que todo lo que nos vaya pasando (bueno o malo) nos afecte de una manera positiva. Ver el vaso medio lleno aunque solo haya una gota.
Este post tiene mucho que ver con
Beign Homer Simpson. Está peor escrito, pero hoy tengo una resaca mucho mayor que la de aquel día.