Pues sí, el tiempo. Resulta que no tengo tiempo ni para buscar una foto para postear junto a esta nota. Quería poner al white rabbit de Alicia en el País de las Maravillas, pero todos los que he visto en el poco tiempo que he utilizado en buscar uno era feísimos. Voy como él, con el reloj en ristre, en mi caso el móvil, todo el rato de la mano a los ojos porque llego tarde, no llego, ya no llego. Por no llegar, no he llegado ni a formatear un poco este txt, ya que Minaya o Jorge se han molestado en colocar un pequeño editor. Un desastre esto del tiempo. Lo peor es que sí que tenía alguna que otra cosa que contaros (no sé, a vosotros dos, a vuestros amigos, a vuestras madres, a los que leen esto). Una era mi visita a Florida 135, producto de una falta de sentido común que ya sé fehacientemente que no se relaciona con la juventud (es decir, lo mío es de serie). Qué lugar. Si tuviera tiempo para describíroslo... Otra que ayer vi por primera vez en directo a Chucho y creo que mañana veré también por primera vez a Los Planetas. Y no, no tengo 15 años. Como el conejo, a algunas cosas llego demasiado tarde. Lo de Chucho me defraudó: siempre pienso en los conciertos que van a tocar mis canciones y luego van y tocan las de otras. A ver con los Planetas, si llego a tiempo, claro, que lo mismo sólo alcanzo a escuchar las últimas notas de la última canción. Ahora tendrá que estar viendo a Tobias Thomas, que es un DJ al que quiero ver desde hace tiempo, pero mis jornadas de 10 a 2 de la mañana empiezan a pesar en mi voluntad de salir, salir, salir. Llego tarde al cierre de Fake, pero esta semana le doy una patada y la mando a la imprenta. Eso si de una vez decidimos qué imprenta, que esa es otra. También me hubiera gustado contaros si tuviera tiempo que por primera vez en my life (que queda más dramático) he dicho no a un trabajo. Me he sentido, luego, muy rara, pero no me ha dado mucho tiempo a pensar porque llegaba tarde a la farmacia, así que tampoco he terminado dándole demasiada importancia. Esta semana está siendo rada. Como cuando Alicia abre una puerta y se encuentra detrás una mansión enorme y preciosa. Espero que dentro de un rato, de otra semana, de otro mes, no se vuelva una minúscula caja de cerillas. Es difícil a veces mantener el control cuando abres y cierras puertas con tanta facilidad. Rápidamente os cuento que he empezado un proyecto artístico que se llama "Catedrales del techno Tour, 2004-2005". Espero tener tiempo para iros contando cómo se desarrolla. Ahora me tengo que ir corriendo porque viene corriendo hacia mí un ejército de naipes con cara de muy mala leche.